
De Oviedo al mundo: cómo Celia B despacha sus coloridos vestidos a 41 países, desde su sede asturiana
En un panorama en el que las marcas independientes ...
En un panorama en el que las marcas independientes batallan por la supervivencia, Celia Bernardo (Oviedo, 44 años) ha conseguido establecer la suya, Celia B, en varios capítulos. El primero desde Shanghái, donde la concibió, hizo crecer y donde sigue produciendo muchas de sus prendas, y un segundo desde su Oviedo natal, donde se estableció en plena pandemia. Ahora prepara el próximo episodio mientras presenta su colaboración con la emblemática Zandra Rhodes, una colección cápsula con los estampados de la británica.
Unidas por el estampadoUna sinergia importante es la que Celia B. ha establecido junto a la diseñadora textil Zandra Rhodes: “Siempre ha sido una de las grandes inspiraciones, es el tipo de creadoras en las que me fijo, pero veía inalcanzable hacer algo con ella”, recuerda Celia Bernardo. Pero una persona en común, la responsable de vender la marca española en Reino Unido, las presentó y saltaron chispas (de colores). “Nos pusimos en contacto con ella porque nos encantó la forma en que usa el estampado y pensamos que haría un maravilloso trabajo con los míos. Cuando llegó a mi estudio supe que sería un matrimonio maravilloso”, cuenta por teléfono Rhodes (Chatham, Reino Unido, 83 años).
La inglesa, Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico y toda una institución en su país, contribuyó a colocar a Londres en el epicentro de la creación en los años sesenta. Empezó a diseñar en el Swinging London y en 1976 lanzó su primera colección de decoración de interiores. Sus creaciones han vestido a británicos tan ilustres como Diana de Gales o Freddie Mercury y a divas de la música como Diana Ross o Donna Summer. “Sé que soy una afortunada por haber estado en lo más alto en aquellos años, cuando todo era experimentación, pero cuando miramos atrás tendemos a idealizar el pasado, a hacerlo mejor de lo que en realidad era”. Actualmente se encuentra enfrascada dirigiendo el Fashion and Textile Museum y organizando su archivo: “He conservado más de 6.000 piezas y todos los registros de mis estampados”, explica. Bernardo se sumergió durante varios días en ese archivo multicolor y volvió frente a Rhodes con varias propuestas que coincidieron con lo que tenía en mente la británica. El resultado son 30 modelos que recogen aúnan el espíritu optimista de ambas creativas: “Quería que fueran vestidos de esos que guardas como tesoros en el armario, de los que te pones una y otra vez”, concluye Bernardo.